Las jugadoras piden por la profesionalización del voley en Argentina
Deportistas y referentes se sumaron al pedido de igualdad. “Por ser mujeres cobramos menos que los hombres, por ser mujeres no tenemos una liga como la gente”, aseguró Lezcano, capitana de Las Panteras.
Las jugadoras de vóleibol argentinas pidieron este miércoles la profesionalización del vóley femenino y el mejoramiento de las condiciones del deporte, en el que también se hacen diferencias históricamente con los varones, a través de un comunicado que firmaron casi 200 voleibolistas.
“Con el empuje que dio la profesionalización del fútbol femenino. El notable crecimiento del voley femenino. El rol de la mujer en el deporte, es mirado distinto. Llegó la hora de decir: profesionalización del vóley femenino”, reclamó Natalia Espinosa, ex multicampeona con Boca y actual representante femenina de Juava (Jugadores Asociados del Vóley Argentino).
Espinoza expuso los argumentos del pedido de profesionalización del vóley femenino mediante un hilo en Twitter que tuvo muchas repercusiones en las redes sociales después de la clasificación de Las Panteras a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Además, la capitana de Las Panteras, Julieta Lazcano, hizo otro posteo que retumbó fuerte.
“Por ser mujeres cobramos menos que los hombres, por ser mujeres no tenemos una liga como la gente… ¿Por qué siempre les daban a los chicos los mejores horarios y canchas para entrenar? ¿Por qué ellos entrenaban en piso de parquet y nosotros en uno de cemento? ¿Por qué les daban más ropa? ¿Por qué siempre nos hicieron sentir menos?”, escribió la cordobesa en Instagram.
“La diferencia entre hombres y mujeres en el vóley está marcada como algo natural desde siempre cuando no debería serlo, básicamente porque vivimos en una sociedad patriarcal”, opinó Mariángeles Cossar, también del seleccionado, en diálogo con Télam.
“Nuestra disciplina es muy popular en la Argentina. Es el deporte más practicado en los colegios y clubes de todo el país. Las jugadoras federadas duplican (20.520) el número de varones (10.146) que juegan en todo el país, según datos oficiales de la Feva. Sin embargo, siempre ha ocupado un lugar marginal en la organización de los clubes, las ligas nacionales y medios especializados en deportes”, explican en el comunicado.
Las Panteras consiguieron la clasificación a los últimos dos Mundiales; las plazas para Río 2016 y Tokio 2020 y se subieron al podio en los Panamericanos (bronce en Lima 2019).
En cuanto a la competencia de clubes en el país, la Liga Argentina femenina -que comenzará el viernes próximo- está organizada por la Federación (FeVA) y dura apenas tres meses, contra los ocho que lleva el desarrollo de la competición masculina, manejada por la Asociación Argentina de Clubes (ACLAV) desde 2003, con televisación y un acuerdo con la Federación cubana para jerarquizarla con sus extranjeros.
“Lejos está en nuestra intención confrontar, no queremos ir en contra ni de clubes, ni de federaciones. Lo que buscamos es la igualdad de derechos deportivos entre hombres y mujeres, acortando las distancias existentes actualmente, transformando, valorizando y visibilizando el vóley femenino en todo el país”, piden las jugadoras.
Los reclamos son específicos:
1. Promover, difundir y estimular la práctica del vóley femenino en el territorio nacional en todos sus niveles deportivos. Generar programas y proyectos que promuevan la participación masiva y la inclusión social.
2. Mejorar los espacios físicos de juego y entrenamiento.
3. Que cada club, en contexto de Liga, incluya en sus estructuras de trabajo a entrenadores/as, apoyo médico y kinesiólogos.
4. Una competencia sostenible y profesional de mayor duración sin que se superponga con torneos regionales o con el calendario internacional.
5. Mejoras salariales. Contratación de jugadoras mediante acuerdos por temporada.
6. Cobertura médica para jugadoras y staff.
7. Comercialización y difusión de la Liga.
8. Trabajo de búsqueda de sponsors.
9. Que el reglamento de pases se ajuste a la realidad económica nacional, que tenga relación con los contratos que perciban las jugadoras y no sea una traba para las jugadoras.