Comercio exterior 2019: exportaciones cada vez más básicas y derrumbe de importaciones

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La balanza comercial arrojó el año pasado un superávit de casi 16 mil millones de dólares, el mayor en 10 años. Pero se logró sobre la base de mayores ventas de granos y carne y una caída brutal de las compras por la recesión. El panorama de 2020 será muy similar, dicen las consultoras.

La Argentina logró un superávit comercial de 15.990 millones de dólares en 2019, el mayor en una década, con lo que cortó una racha de dos años de resultados negativos en la balanza de intercambios de bienes con el exterior. El saldo surgió de exportaciones acumuladas el año pasado por un valor de 65.115 millones de dólares versus importaciones por U$S 49.125 millones.

Con todo, el saldo comercial favorable del año pasado se debió básicamente a la caída de las importaciones provocada por la recesión. Según la información que proporcionó el Indec este jueves, las exportaciones crecieron sólo un 5,4% en todo 2019 a pesar de las fuertes devaluaciones del peso en abril y agosto de 2018 y luego en agosto de 2019. En tanto, las importaciones bajaron un 25%, lo cual habla de la profundidad del derrumbe económico argentino.

El resultado podría haber sido peor si entre septiembre y diciembre los productores agropecuarios no hubiesen realizado las fuertes ventas de granos –soja, maíz y trigo- a los exportadores con el objetivo de escapar del incremento de las retenciones que prometió el entonces candidato presidencial Alberto Fernández, luego electo presidente.

Los casi 16 mil millones de dólares de superávit comercial del año pasado tienen, además, un efecto financiero concreto, ya que podrían aliviar las necesidades de dólares del gobierno nacional, aunque ello depende de las normas vigentes vinculadas a la obligación de liquidar las divisas de las exportaciones. Hasta septiembre pasado las empresas exportadoras prácticamente no tenían el deber de liquidarlas. Ahora, las normas que implementó el gobierno de Mauricio Macri tras las PASO, y que sostiene el de Fernández, tienen plazos concretos y reducidos para ejecutar esa liquidación.

Cada vez más básico

Un análisis de las exportaciones muestra que las estrellas fueron las materias primas. Según un informe de la consultora Abeceb, del ex ministro de Producción de Macri, Dante Sica, “el salto de las cantidades exportadas está traccionado principalmente por la mejora de la cosecha, que creció un 30,1% hasta 145 millones de toneladas”, especialmente la de soja y maíz.

La consultora también destaca el crecimiento del 54% en los valores de las exportaciones de carne bovina, con destino principal China.

Según el informe del Indec, el rubro que más creció en las exportaciones de 2019 fue el de los “productos del reino vegetal” (especialmente soja, maíz y trigo), con un 35,1% de alza respecto al año 2018. Le siguió “Grasas y aceites” (aceite de soja), con un 18 por ciento. En el tercer lugar, subió un 14,2% la venta externa de “Animales vivos y productos del reino animal” (las ventas de carne a China).

Otro rubro que creció fue el de la venta de combustibles y energía, con un 4,1 por ciento. En este rubro se incluyen al petróleo crudo, el gas, los combustibles y la electricidad. El gobierno de Cambiemos estimuló las exportaciones de gas desde Neuquén (yacimiento de Vaca Muerta) incluso a precios subsidiados ya que los usuarios argentinos pagan más por ese mismo gas.

En cambio, las exportaciones de productos químicos cayeron un 10,8% y las de material de transporte, un 12,4 por ciento. En general, las exportaciones industriales de 2019 cayeron un 6,8% en cantidades comparadas con las de 2018 mientras que los precios se mantuvieron prácticamente estables.

Estos datos muestran la inexactitud de las declaraciones de los funcionarios del gobierno de Cambiemos, que aseguraban que las exportaciones industriales estaban creciendo el año pasado. Por el contrario, las ventas externas tienen un sesgo cada vez más primario, es decir, el grueso de las exportaciones está compuesto por materias primas apenas procesadas o, en el mejor de los casos, con una industrialización baja.

China

El crecimiento de las ventas externas de productos primarios sobre los industriales está derivando en un cambio agudo de las relaciones comerciales argentinas. Esa modificación se ha acelerado en el último año.

En 2018, China y Brasil prácticamente compraban productos primarios argentinos por el mismo valor. En 2019, las compras del país asiático duplicaron a las del vecino. En el caso de las manufacturas de origen agropecuario, en 2018 Brasil compraba un 30% más que China. En 2019, China pasó a adquirir un 30% más que Brasil. En el único rubro en el que Brasil sigue siendo el principal cliente de Argentina es en el de las manufacturas de origen industrial, con compras 40 veces superiores a las chinas. Pero, como se ve, las ventas argentinas de productos primarios a China crecen a un ritmo vertiginoso mientras que las exportaciones industriales no detienen su caída.

Recesión

La reducción de las importaciones, del 25% en 2019 versus 2018, se debió al derrumbe económico argentino. Las compras de vehículos automotores para pasajeros cayeron un 56,1%; las de  Combustibles y Lubricantes cayeron un 31,9%, y las de Bienes de Consumo y Bienes de Capital se derrumbaron un 25,4% ambas.

Esta situación abre un interrogante sobre la posibilidad de sostener el superávit comercial a medida que mejora el desempeño económico. Ello porque la demanda de productos importados comenzará a crecer mientras que las exportaciones no encuentran un impulso.

2020

Las consultoras coinciden en afirmar que la balanza comercial de 2020 volverá a ser superavitaria por los mismos motivos por lo que lo fue en 2019. Ecolatina proyecta un superávit comercial cercano a los U$S 17.000 millones, “producto de exportaciones prácticamente estancadas” mientras que las “importaciones seguirán en retroceso”.

Abeceb, en tanto, asegura que “todo indica que la Argentina volverá a mostrar un superávit comercial” que ubica en torno de los U$S 15.000 millones, “en un contexto en que se espera que las exportaciones se mantengan estancadas y que las importaciones se recuperen muy modestamente”.

Ambas consultoras consideran que habrá una “magra recuperación del consumo y la actividad económica”, a lo que se agregará un control más firme de las importaciones.