Adicciones: “Hay falencias en las que el Estado es responsable y hace la vista gorda”

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Así lo manifestó Arístides Córdoba, vecino de Puerto Deseado y padre de uno de los jóvenes que murieron en el último incendio intencional en Caleta Olivia. “Mi hijo clamaba a gritos una oportunidad”, indicó.

Caleta Olivia fue escenario, en las últimas semanas, de hechos lamentables, con incendios intencionales en los que murieron nueve personas.

El último de ellos, en Caleta Olivia, fue un incendio intencional de una casa, donde murieron seis personas y de esas seis personas, cinco eran de Puerto Deseado y de ellos uno era hijo de Arístides Córdoba, quien  y contó que él lo crió desde que tenía un año. Se trata de Javier Maradona.
“En los medios están diciendo que era gente en situación de calle y eso es mentira. Ellos estaban en Caleta con una situación de abandono por parte del Estado”, comenzó asegurando Arístides.

Luego agregó: “Yo hoy lamento la pérdida de mi hijo y me duele en el alma porque tengo tres hijos más, entre ellos dos nenas que están destruidas porque leen lo que se publicó y por la falta que ahora les hace su hermano. No quiero apuntar hacia nadie, pero si estos chicos tenían un problema de adicción u otro problema, creo que los padres tienen su grado de responsabilidad y yo acepto la mía, pero le pregunto a todo Río Gallegos y si llega esto a otras localidades, que la justicia, la policía y los políticos, por qué la droga está en la vereda, porque está en las plazas, por qué el alcohol se le vende a menores.”

Además, contó que en el ingreso a Puerto Deseado “hay un control, pero no controlan a nadie” y sostuvo que “cualquiera puede entrar con cualquier cosa y cualquier terrorista puede entrar con una bomba, ponerla en el medio del pueblo y volamos todos. Y de la misma manera entre la droga a este pueblo.”

Hay más

En su relato, el vecino contó que el puerto de Deseado “es responsabilidad de prefectura y también es un ingreso, porque si eso estuviera bien controlado la droga no entraría al pueblo”, y advirtió que el alcohol que los negocios venden a menores, motivó que fuera a hablar con el juez Oldemar Villa, con quien está muy molesto.

“No sé si lo voy a perdonar en lo que me queda de vida, porque mi hijo sí tenía problemas de adicciones e intenté por todos los medios ayudarlo, consiguiendo una cama en el Hospital SAMIC con el doctor Ortiz Maldonado, para poder hacerle una limpieza y tratamiento de unos días para recuperarlo y sólo necesitaba una nota del juez, quien muchas veces trató problemas de mi hijo, para conseguir la cama inmediatamente, pero él se negó y se cagó en hacerme esa nota.”

Pero no todo terminó allí: “Luego conseguí una granja de recuperación en Trelew, con una beca que gestioné yo y con lágrimas en los ojos le pedí a ese juez que me permitiera darle una oportunidad a mi hijo y volvió a negarse y con eso dilató la agonía de mi hijo, porque me pueden decir que lo que pasó es el fin inevitable de quienes tienen problemas de adicciones, pero es una falta de inclusión en la sociedad, porque mi hijo pedía a gritos por una oportunidad de trabajo y no se la dieron. Por eso digo que en esta localidad murieron cinco chicos y ni una autoridad dijo algo al respecto.”

Por otra parte, dijo que sí tiene que destacar que, trasladar el cuerpo de los chicos de Caleta a Puerto Deseado implicaba mucha plata y destacó que el Ministerio de Acción Social se hizo cargo del traslado y los cajones.

“Eso se los voy a agradecer, porque nosotros no íbamos a poder, pero hay otras falencias en las que el Estado es responsable y hace la vista gorda. A los políticos no les importa nada la juventud en este y otros pueblos. En el mismo Río Gallegos, donde se están suicidando chicos jóvenes. ¿Dónde está el aporte de las mineras?, ¿Dónde va la plata de los puertos?, ¿A dónde va a parar eso?”, se preguntó.

Fuente: El Diario Nuevo Día