“Sueño con dirigir a Boca”
Diego Cagna, hoy sin trabajo, no pierde la esperanza de sentarse algún día en el banco azul y oro. El Flaco es de los pocos jugadores de la época dorada con Bianchi que aún no trabajó en el club. En 2008 estuvo cerca.
Los que formaron parte de la época dorada de Boca y luego se dedicaron la dirección técnica seguramente tienen como logro (u objetivo) dirigir u ocupar un cargo dentro del club como ya lo hicieron entre otros, el Vasco Arruabarrena, Guillermo Barros Schelotto, Battaglia, el Flaco Schiavi y, más acá en el tiempo, y en su nuevo rol de dirigentes, Juan Román Riquelme, el Chelo Delgado, Cascini y Bermúdez. Sin embargo, hay algunos ex jugadores de aquel tiempo que aún no tuvieron esa posibilidad. En ese grupo entra Martín Palermo y también su amigo Diego Cagna, quien hoy se encuentra sin club pero no deja de soñar en grande.
“Sueño con dirigir a Boca en algún momento. Lo que siento por el club es único. Ojalá en algún momento pueda darse, hay que ver qué pasa con el tiempo”, expresó el ex volante, que dejó el fútbol en 2006 y rápidamente inició un largo recorrido como entrenador: dirigió a Tigre (dos ciclos), Newell’s, Estudiantes de La Plata, San Martín de Tucumán, Instituto de Córdoba, Colo Colo de Chile y Atlético Bucaramanga de Colombia.
Aunque pocos lo recuerden, Cagna llegó a estar muy cerca de sentarse en el banco de Boca, luego de ascender con el Matador de Victoria en 2007 y salir segundo de Lanús en el Apertura de ese mismo año, con un equipazo que daba gusto ver. En ese entonces había sonado fuerte para reemplazar justamente a Miguel Ángel Russo, que había dejado el cargo tras la derrota con el Milan en el Mundial de Clubes. Finalmente fue Carlos Ischia quien tomó las riendas del plantel y un año después se quedó con aquella famosa triple final del Apertura 2008 junto al Tigre de Cagna y el San Lorenzo de Ramón Díaz.
El ex Argentinos Juniors e Independiente llegó a Boca a mediados de 1996 de la mano de Carlos Bilardo, y tuvo dos etapas en el club: una hasta diciembre de 1999, y otra del 2003 al 2006, cuando pudo sacarse las ganas de levantar la Copa Libertadores que se le había negado en el 2000, ya que el equipo de Bianchi la ganó seis meses después de su partida. “Quería triunfar y ganar algo en Boca. No podía pasar por ese club e irme sin nada. Disfruté muchísimo de mi paso por la institución”, explicó en diálogo con Boca Late (FM 93.1), y contó que la Libertadores e Intercontinental del 2003 fueron los títulos que más disfrutó.
Cagna jugó 255 partidos con la azul y oro, marcó 20 goles, ganó nueve títulos (seis de ellos con Bianchi) y hasta tuvo la posibilidad de ser capitán. Del Virrey tiene los mejores recuerdos y lo considera un factor clave dentro de aquel plantel que ganaba todo: “Teníamos buenos jugadores, pero Bianchi tuvo el gran mérito de hacer rendir al que entraba. Había hambre de gloria, ganas de triunfar en Boca”.
Aunque hoy se encuentra sin trabajo, y luego de amagar con retirarse de la dirección técnica en 2019 (“Cagna no dirige más”, dijo su ayudante, Mariano Pasini), el ex mediocampista tiene la ilusión de ser el entrenador de Boca y, por qué no, bajo el mando de la actual dirigencia, a la que le deseó el mayor de los éxitos:“Ojalá que la nueva Comisión Directiva pueda encaminar a Boca. No es fácil, pero Román, el Chelo, Raúl y el Patrón van a hacer un buen trabajo”. ¿Le darán algún día la oportunidad?