Miguel el deseadense que empezó a cumplir su sueño

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Tiene 56 años, es oriundo de Córdoba, pero hace años vive en Puerto Deseado. Luego de un largo periodo de preparación emprende un camino hacía Alaska que le tomará unos tres años.

Miguel Pereyra, es padre de cuatro hijos, abuelo de dos nietos y esposo de Raquel Montoya, sin embargo viajará sólo. “Es que Racu, a quien amo con locura, está cumpliendo su sueño de trabajar en turismo, algo que siempre le gustó, por lo que me acompañara en tramos cuando su tiempo lo disponga” indicó el viajero.

Miguel y “Ojalá” como bautizó a su Daihatsu Hijet 91 que preparó para la ocasión partieron este viernes a Ushuaia, desde donde empezará su travesía que tendrá su primer parada en Piedrabuena para pasar con su familia las fiestas.

Sobre su hoja de ruta, detalló que “la idea principal es subir por todo el Pacífico y bajar por el Atlántico”. Estaba en sus planes subir por la carretera Austral, pero al permanecer cerrada la frontera optó por ir hasta Ushuaia y luego subir por la ruta 40, recorrer las provincias y seguir por Bolivia, Perú, etc.

Hay forma de llegar a Siberia en un ferry y hacer Asia, pero no quiero ser pretencioso, ya con llegar a Alaska me sentiría con el sueño cumplido”, señaló.

De Argentina a Alaska un vuelo recorre más de 13 mil kilómetros, aunque el deseadense estima que por ruta la distancia asciende a 40 mil km., por lo que entre la ida y la vuelta prevé que demorará tres años en total.

El viaje se podrá seguir por las redes sociales Miguel1kmmas en Instagram y Miguel UnKmmas en Facebook. También abrió una cuenta en la app Cafecito donde puede recibir aportes económicos para llevar adelante el viaje, que costeará “al día” con la venta de postales, sahumerios, calcomanías, artesanías y con trabajos eventuales, de carnicero o cocinero.

Extrañar, llorar, comer en soledad y vivir experiencias nuevas a los 56 años es el propósito principal del cordobés-deseadense que sabe que es lo que más sufrirá, pero que también lo ayudará a seguir creciendo, porque en definitiva en la vida, permanentemente siempre se sigue aprendiendo.