Palabras de una hermana de Malvinas

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Este 2 de abril Silvia Lotufo mostró en sus palabras los sentimientos de muchos hermanos de la guerra. Esos que esperaron volver a darle un abrazo y sin embargo no pudieron despedirse.

La hermana del Mayor Marcelo Pedro Lotufo, puso en su pluma ese eterno deseo de tantos. A 40 años de la histórica gesta, el recuerdo a flor de piel.

“Parece mentira que hayan pasado cuarenta años desde el 2 de abril de 1982 …. Y sí, todos los que hoy peinamos canas y nos duelen los huesos y miramos con esperanza a las nuevas generaciones, en ese momento éramos jóvenes, nuestros hijos eran niños y la vida era un enorme camino por delante.

Un camino que, hasta ese día, nunca había sido ensombrecido por la idea de vivir una guerra. Al principio parecía una pesadilla, algo extraño que había llegado a nuestra realidad cotidiana. Para colmo vivíamos en la Patagonia, Puerto Deseado era un blanco cercano para el enemigo.

Así vino el oscurecimiento: cubrir las ventanas, vendar los faros de los autos, recorrer cada cuadra viendo que todos cumplieran con las recomendaciones dadas por las autoridades. Pero la Ría no lo sabía y brillaba la luna reflejándose en sus quietas aguas. Esa luna que nos había parecido tan romántica ahora nos ponía en peligro, nos asustaba, nos llenaba de inseguridad. Así las noches se ensombrecieron dentro de su propia oscuridad acogiendo nuestros miedos y los días se volvieron tristes y lánguidos escuchando las noticias y cumpliendo las rutinas de la vida con la esperanza quebrada.

Y un día, a mi familia llegó la peor de las noticias: nuestro hermano mayor que era aviador había desaparecido en las heladas aguas del mar del Sur. Habíamos pagado, en carne propia, un tributo a la guerra, a la violencia demencial de matarnos los unos a los otros. Parecía mentira, no podía ser … aquella persona que había acompañado todas nuestras vidas, aquel niño con el que jugábamos y comíamos higos en Catamarca, aquel joven que había partido para cumplir su sueño de volar, no estaba ni estaría nunca más entre nosotros. Aquel hijo que con tanto esmero criaron, cuidaron y amaron nuestros padres había partido a los 33 años. Fue duro, doloroso y profundamente triste.

Al poco tiempo nos rendíamos, bajábamos nuestra bandera que no se merecía ese baño de sangre, todo el país parecía un desierto desolado, muchas vidas se habían perdido y, unos soldados casi niños, volvían tristes y estremecidos de dolor para vivir en adelante, con el recuerdo de la muerte a sus espaldas.

Por ellos, por los que murieron y por los que sobrevivieron hoy estamos reunidos para rendirles homenaje. Y, parafraseando un himno escolar, HONOR Y GRATITUD A NUESTROS HÉROES DE MALVINAS”

Marcelo Pedro Lotufo nació en Salta, cayó en combate el lunes 7 de junio de 1982, al norte de la isla de Borbón, donde iba con 5 tripulantes del avión perteneciente a la Fuerza Aérea “LEARJET 35-A” “T-24”, cuya misión en la zona fue la de “avión de reconocimiento aerofotográfico”. Fueron derribados a unos 13.000 metros de altura por un misil lanzado por una fragata británica.