Deseado: una escalada del conflicto con la estiba que alguien debió parar
Aunque desde el gremio de la estiba de Puerto Deseado dicen que las descargas han disminuido drásticamente desde 2018 la estadística refleja otras cifras. Lo que es cierto es que las empresas esquivan ese puerto por el grado de conflictividad. Una reunión celebrada en abril de este año da la pauta de por qué el conflicto escaló.La relación con los estibadores de Puerto Deseado es conflictiva desde hace tiempo, pero a principios de este año la baja en la actividad de la estiba, producto en parte de una mala temporada de calamar en el sector sur, permitió ver los primeros indicios de lo que podía esperarse para 2023. El año comenzó con una retención de tareas y quema de neumáticos en la puerta del Municipio en reclamo de un subsidio para paliar la situación.
Terminaba el mes de marzo y tras haber dejado sin descargar un barco, los estibadores lograron que se les otorgara el subsidio de 100 mil pesos, pero lo consideraron insuficiente y pocos días más tarde mantuvieron una reunión los gremios marítimos SEAMARA, SUEPP y SOMU con autoridades municipales y legisladores provinciales y nacionales, entre los que estaban presentes los diputados Gustavo González y Claudio Vidal.
“Solicitamos su inmediata intervención para solucionar este conflicto”, indicó Claudio Luis, gerente de Murchison, en la nota dirigida a la Jefa del Departamento de Conflictos del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Santa Cruz.
Esa reunión puede explicar en parte la escalada del conflicto que derivó la última semana en la negativa de los estibadores a cargar el buque mercante que debía llevar a los mercados de destino los productos pesqueros. Las imágenes difundidas en su momento por Prensa Santa Cruz son esclarecedoras en varios sentidos: primero los conceptos erróneos en los caen los gremialistas y la falta de conocimiento de los legisladores que termina generando el caldo de cultivo para profundizar el problema antes que solucionarlo.
Los estibadores dicen que no se sabe nada del recurso langostino “porque lo único que tenemos es el INIDEP que tira la red y se fija si hay pescado y no sirve para nada”; de más está decir que esto no solo es erróneo, sino que pone de manifiesto el soberbio desconocimiento de la tarea que realizan los investigadores del Programa Langostino, que ha permitido mantener una pesquería con gran presión extractiva en un nivel promedio de 200 mil toneladas anuales.
Por otra parte, aseguran que, a partir del Convenio del Golfo firmado para preservar el langostino, se benefició a la Nación con una mayor cantidad del recurso, pero se perjudicó a Puerto Deseado, porque no se exigió a los 44 barcos que poseen las empresas con sucursales en el puerto local descargar en esa estación marítima. Sin embargo, no existe norma alguna que obligue a las empresas a descargar en un determinado puerto.
“En el 2018 se hacían 570 mareas, en el 2020 hicimos un corte de ruta y nos señalaron como las ovejas negras de Puerto Deseado y de 570 mareas bajamos a 110”, señala un dirigente sin encontrar relación entre la conflictividad y la reducción en las descargas.
Es cierto que en 2018 tuvieron un año de mucho trabajo; la estadística oficial habla de 80 mil toneladas descargadas, pero ha sido uno de sus mejores años, ni antes ni después estuvieron en esos niveles. Entre 60 y 70 mil toneladas ha sido el volumen descargado en los últimos doce años en Deseado.
En esa reunión también se sostuvo que fueron traicionados: “El Convenio del Golfo se venció en diciembre y lo renovaron por cinco años cuando nosotros habíamos estado trabajando con la Ministra para que fuera por dos, nos traicionaron. Antes se pescaban 80 mil toneladas y ahora se pescan 200 mil y está muy bien, pero a nosotros la Gobernadora nos traicionó, en Puerto Deseado no les importamos, va langostino para todos los puertos menos acá y a las plantas llega en camiones”, señaló un estibador mientras otros lo apoyaban.
“El langostino patagónico se está descargando en la provincia de Buenos Aires, en Bahía Blanca, langostino patagónico dice la caja, langostino de la Patagonia descargado en Buenos Aires, algo no está funcionando”, lanzó otro dirigente como si hubiera descubierto el meollo del problema. En este caso, como cuando se refirieron al INIDEP, la magnitud de la incoherencia hace innecesaria la aclaración; sin embargo, en esa mesa compuesta por políticos y gremialistas nadie puso blanco sobre negro.
Aprovechando la presencia de los diputados presentes, una estibadora planteó: “El subsidio que nos dieron no nos alcanza para nada, ya la gente se está quedando sin plata y qué vamos a hacer en noviembre cuando no tengamos para comer”, dijo, al tiempo que interpeló a los políticos presentes para que les dieran una solución.
Uno de los que tomó la palabra fue Claudio Vidal, quien a modo de presentación señaló: “Un dirigente político me preguntó, sabiendo que venía a la reunión, si traía un bidón de nafta y no, no traigo nafta ni traigo la solución, me vengo a hacer eco del reclamo como un trabajador y como legislador. Estoy acá para poder ayudar, no para generar más conflicto”.
Otros funcionarios y legisladores se manifestaron en el mismo sentido y ninguno fue capaz de contestar una simple pregunta de los trabajadores: “¿Podemos exigirles a las empresas que descarguen en Puerto Deseado?
La respuesta era sencilla: no. Pero en lugar de ser claros y eliminar toda expectativa en ese sentido, para buscar formas reales de atraer a las empresas, por ejemplo, mejorando el servicio, se incentivó el reclamo.
“Algo que funcionó muy bien hace unos años fue la teoría de Santa Cruz para Santa Cruz. Creo que la base del reclamo tiene que ser que el recurso es santacruceño por lo tanto el derecho lo tenemos los santacruceños, los que vivimos en esta tierra, de ahí para adelante”, señaló Vidal que al parecer sí había llevado un poquito de nafta.
A esa reunión le siguieron otras manifestaciones y retenciones de tareas, trabajo a reglamento que extendió los plazos de carga a muchas más horas de las habituales o negativas a cargar contenedores. Hasta se llegó al punto de parar las cargas por un reclamo de jornales a la firma Pesquera Deseado por no haber descargado en el puerto local, cuando esta empresa no tenía ningún contenedor que cargar: “Por solidaridad con las otras empresas se debieran sentar a discutir”, señalaron entonces.
Este tipo de hechos se han producido durante todo 2023, la mayor parte de las empresas deciden descargar en otros puertos, no porque les sea más económico sino menos conflictivo y el trabajo para los estibadores disminuye. Las que han descargado este año, no lo han hecho por elección sino para no quedar mal con el Subsecretario de Pesca que más de una vez llamó a las empresas para persuadirlas de descargar en Deseado.
Pero nada que se haga por imposición termina bien y el resultado final fue el observado la última semana: un barco mercante que se fue de Puerto Deseado sin poder cargar los contenedores de la pesca que tenían como destino el mercado internacional.
“Por el presente medio le hacemos saber que siendo las 15:20 horas del día de la fecha (1/11/2023), el gremio SUEPP se negó a la carga de contenedor full reefer en el buque portacontenedores As Silje que se encuentra amarrado en el puerto local.
Solicitamos su inmediata intervención para solucionar este conflicto”, indicó Claudio Luis, gerente de Murchison, en la nota dirigida a la Jefa del Departamento de Conflictos del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Santa Cruz.
Al cierre de esta edición no se había dado a conocer una respuesta del Ministerio de Trabajo; por el momento no se ha convocado a las partes y luego del comunicado dado a conocer ayer por CAPeCA es de esperar que las descargas en el puerto santacruceño sean cada vez más esporádicas. Con lo cual se habría conseguido el efecto contrario de lo perseguido, que era aumentar el volumen de descargas en Puerto Deseado.
Fuente: Revista Puerto