Prevén rebote del agro en 2024, pero advierten que será clave “corregir desajustes”
Favorecido por un mejor clima, el año próximo crecerá la producción del agro, que permitirá mejorar las exportaciones y amortiguará la caída de la actividad. Sin embargo, señalan que es clave corregir los desajustes macroeconómicos para sacar provecho a la recuperación esperada.
La actividad económica se contraerá este año, a partir -sobre todo- del impacto de la sequía en la producción del agro. Sin embargo, de la mano de un clima más favorable, se espera que el sector se recupere en 2024, lo que permitirá mejorar las exportaciones y, por consiguiente, obtener una mayor recaudación vía retenciones. Sin embargo, analistas destacan la importancia de que la nueva administración corrija los desajustes macroeconómicos para poder aprovechar el rebote del agro: reducir la brecha para incentivar la liquidación de exportaciones, es alguna de las claves que se destacan.
La caída en la producción del agro, a partir de la sequía, generó múltiples impactos en la economía, “contribuyendo a agravar la fragilidad macroeconómica y a poner en jaque el cumplimiento de las metas con el FMI”, tal como señalaron desde la consultora Ecolatina. Y resumieron: “La actividad agrícola primaria caería cerca del -35% en 2023, con una incidencia directa negativa en el PBI en torno a los 2 p.p. Las exportaciones del sector caerían cerca de u$s20.000 millones este año (equivalente a cuatro meses de importaciones); dado su incidencia en la recaudación vía Derechos de Exportación, que en años normales alcanza el 2% del PBI, el ingreso por esta fuente sería tan sólo de 0,8% PBI; indujo mayores presiones inflacionarias ante el impacto de la sequía en los precios de algunos alimentos frescos y la menor disponibilidad de bienes en la economía”.
El panorama en materia climática, de cara a la campaña 2023/24, se presenta mucho más favorable. Y esto se traducirá en una mayor producción del agro, que servirá -entre otras cosas- para amortiguar la esperada caída en la economía.
El rebote del agro
“La recuperación proyectada para las exportaciones del sector agropecuario jugará a favor para una próxima administración que iniciará su mandato con la imperiosa necesidad de recomponer el stock de reservas internacionales netas, hoy por debajo de los -u$s10.000 millones-, frente a los pasivos en moneda extranjera que se enfrentarán en 2024: entre los principales, la deuda comercial por importaciones, vencimientos de deuda en dólares, atrasos en la remisión de dividendos y utilidades”, analizaron desde Ecolatina.
Y, en cuanto la nueva administración, resaltaron que “esta mejora no deberá implicar una actitud pasiva por parte del Gobierno: para sacar provecho de ello, el principal desafío que tendrá que abordar la próxima administración consistirá en recrear un esquema cambiario consistente y sostenido en el tiempo que elimine restricciones, reduzca la brecha cambiaria, corrija el atraso cambiario e incentive la liquidación de exportaciones, en el marco de la necesidad de estabilizar la economía para evitar acelerar el escenario de crisis nominal”.
“De hecho, vale recordar que durante el 2021 y 2022, con viento de cola en términos de precios internacionales de las commodities, Argentina gozó de un abultado saldo comercial que totalizó u$s21.700 millones, pero las Reservas Netas (sin DEG) crecieron tan sólo u$s700 millones”, agregaron desde la firma.
Y concluyeron: “En suma, la recuperación del agro per se no será suficiente para resolver los problemas heredados, por lo que será necesario administrar la escasez y encuadrar los diferentes plazos entre los flujos (oferta y demanda estacional de divisas) y stocks (deuda comercial, dividendos, etc.)”.
Liquidación de divisas, en caída
Durante noviembre, el complejo agroexportador liquidó divisas por u$s1.003 millones, según informó la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC). El monto representó una mejora del 35% con respecto al mes previo, pero tuvo una caída del 41% si se compara con el mismo mes del año pasado.
En tanto, en el acumulado entre enero y noviembre, el sector cerealero y oleaginoso perdió u$s18.200 millones en ventas al exterior en la comparativa interanual, un 50% menos.
Es que, más allá del impacto de la sequía, la incertidumbre política por las elecciones y de cara al desembarco del nuevo Gobierno, paralizó de alguna manera las ventas de granos en los últimos meses. A la espera de novedades en materia cambiaria, sobre todo, muchos productores eligieron esperar para comercializar parte de la producción.
Fuente: Ámbito