Agustín Cornejo: “El deseadense no apoya a otro deseadense”

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Es comerciante desde hace siete años y asegura que el 70% de su clientela es gente que ha llegado de afuera. Se siente decepcionado, pero asegura que seguirá dando batalla. Agustín Cornejo decidió salirse del sistema estatal en el 2016 y un tiempo después invertir sus ahorros en una pollería de calidad y en zona céntrica. En el 2017 cumplió su sueño y junto a un socio abrió “La vieja usina”.

Hoy, siete años después asegura, sentirse abandonado por quienes creía sus amigos, compañeros y vecinos. “Vengo desde abajo, de un barrio al centro. He invertido en mi ciudad que me vio nacer, crecer, desarrollar un deporte tan hermoso como el fútbol, salí de un sistema, para arriesgar a otro, al autónomo. Llevo siete años en éste rubro, he visto de todo, aprovechados, desleales, aduladores, sinvergüenzas que andan sueltos cómo si nada , abusando de la gratitud, gente a la que se le colaboró sin ninguna bandera y no han aparecido más, así es la miseria humana” comenzó su descargo en facebook.

Cornejo asegura que no se queja de débil, sino porque es su verdad; “en siete años la clientela es el 70% personas de afuera, el 30% es deseadense, es la cruda realidad. Gente que se crío conmigo, amigos que me dio la vida, el fútbol, los parientes más cercanos, familia no vienen y es inexplicable, no hay palabras” explica sin consuelo.

“Es de no creer que el deseadense no apoye a otro deseadense”

El comerciante indica que esto sucede “por decir lo que pienso, por expresar injusticias sociales que hierven la sangre, en esta comunidad se ofenden” y aclara que sucede lo mismos con los funcionarios, “los que pasaron, los que están. Esa es la verdad, el deseadense no viene, no lo comprendo, tiene una explicación, pero eso nunca lo fui. Los veo como concurren a otros lados, eligen otros comercios, y a veces extranjeros, pero no se puede controlar, ni cambiar la mente, ni los sentimientos de los demás”.

Pareciese estar convencido que sus propios amigos dejaron de ir a comprar “por ser claro, frontal, directo, sin hipocresía”.

A pesar de ello, se alimenta de quienes siguen confiando en su comercio y no pretende bajar los brazos, “acá sigo dando batalla, a veces no sé de dónde viene esa fuerza de voluntad, no lo sé. De la adversidad, del resentimiento que generan las injusticias. He sido leal, nadie me puso el negocio, invertí mi capital y acá estamos parados dando lucha, pero la miseria humana que he visto esté año, me ha aclarado varias dudas, es de no creer que el deseadense no apoye a otro deseadense”.

Y concluye diciendo que esa es la verdad, su realidad, su presente, prometiéndose seguir luchando día a día, “no le voy aflojar ni abajo del agua, no nací para rendirme, nunca me rendí, menos me arrodillé para pedir limosnas. Le doy gracias a Dios, gracias ,a mis tres amigos y a mi prima que me apoyan constantemente”.