
Historias de Puerto Deseado: ¿Por qué el Muelle de Ramón?
Las vacaciones son lindas para leer también y es por ello que hurgueteando en la web y ante la pregunta de los más pequeños de, porque el Muelle Ramón en Puerto Deseado lleva ese nombre, encontramos este reportaje hecho por la periodista Marina Pacheco para la revista DVC en 1995. La entrevistada era Coca Rodríguez, nieta del protagonista de hoy.“Ramón Martínez se llamaba mi abuelo. El había venido a Puerto Deseado en 1909, había nacido en San Cipriá, España, y una vez llegado acá comenzó a trabajar como guinchero en el ferrocarril, luego hacia 1925 forma junto con un grupo de ganaderos de la zona una cooperativa de transportes marítimos, las oficinas donde está actualmente el Club Capitán Oneto. Esa cooperativa realizaba viajes por la ría. Los viajes partían desde el muelle del ferrocarril hasta Puerto Jenkins”.
¿Qué tipos de cargas se transportaba en esos viajes?
“Combustible, ganado ovino, caballos, víveres, se utilizaba una lancha a motor que remolcaba una chata de carga que se llamada «Aurora». Se hacían viajes hasta el Paso Marsicano, pero para navegar hacia allá se iba en el barquito «España». Era un viaje más largo, duraba seis horas ría arriba hasta llegar a destino. Luego la cooperativa se disolvió, y mi abuelo junto a don Atilio Tola compraron las existencias que consistían en la lancha, la chata y el barquito. Pero don Atilio finalmente se alejó y mi abuelo quedó a cargo de todo, pero sólo se hacía el servicio a Puerto Jenkins, lo de Paso Marsicano quedó atrás porque ya se había construido el puente y el transporte se hacía por tierra. Mi abuelo vivía en la calle Almirante Zar, allí en el comienzo de la calle, entre las rocas, es decir en la parte más alta del pueblo, y desde allí veía perfectamente hacia el otro lado de la ría. Los pobladores se comunicaban con él mediante banderas que se izaban en la casita blanca que aén se ve. La bandera de color blanca y rojo significaba pasajeros, la de color negro y blanco anunciaba cargas y la bandera toda blanca enfermos. Las señas durante la noche se hacían mediante juego de luces”.
¿Entonces tu abuelo era por así decirlo casi el único medio que los pobladores tenían para comunicarse con el pueblo’.
“Sí, en los primeros tiempos sí. Además él era un gran conocedor de la ría, por muchos años fue práctico. Prefectura Nacional le dio ese nombramiento. A su vez la Marina también lo nombró encargado general del mantenimiento de balizas desde Puerto Deseado hasta Bahía Laura”.
¿Toda una vida navegando, vos lo conociste?
“Sí, por suerte. El murió cuando yo tenía 26 años, así que los ocho hermanos lo disfrutamos y todos lo recordamos como un muy buen abuelo. Por sobre todas las cosas como muy buena persona. Tenía muchos amigos, entre ellos no puedo dejar de nombrarlo a Jesús Cora, también español, pasaba con él la mayor parte del tiempo. En realidad toda la gente lo quería mucho. Tantos años en ese paraje… el nombre de él quedó, los amigos decían: «Vamos a lo de Ramón, vamos al muelle de Ramón», pero en realidad él no lo construyó”.
¿Quizás lo construyó de otro modo, como se debieran construir tantas cosas. Alguna vez te habló de sus nostalgias, extrañaba su tierra?
“No, para nada. El vino a esta tierra muy esperanzado, quería mucho a la Argentina. Recuerdo que él iba siempre a los actos patrios, y decía que al Himno no teníamos que cantarlo sino gritarlo”.
(Reportaje a Nélida «Coca» Rodríguez, efectuado por Marina Pacheco; publicado en la revista DVC en noviembre de 1995) Extraído de www.koluel.org
Finalmente supimos que al emblemático lugar se lo construyó como muelle del ferrocarril en 1911 realizado totalmente de madera por el carpintero Adriano Blanco, donde se lo utilizó para la carga y descarga de mercadería de los buques que arribaban al viejo muelle.