Anna Huusmann le quebró el récord a Pignatiello

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Con tan sólo 15 años, la nadadora de Bariloche es una de las grandes promesas del deporte argentino. Brilló en el Mundial junior, cuenta con marcas B para Tokio 2020 y rompió un registro de cadetes que tenía Delfina: “Ojalá pueda lograr todo lo que logró ella, pero somos dos personas distintas y cada una hace su camino”.

“Acá juega mucho en contra el clima, hace mucho frío”, confiesa desde Bariloche quien hoy es una de las grandes promesas de la natación argentina. Para Anna Huusmann es el cierre del día, uno que arrancó bien temprano, cerca de las 5.30 de la mañana, lo que ya es normal para ella aunque no para sus amigas: “No pueden creer que me levanto tan temprano para entrenar, es raro para ellas”. Es que, ¡a los 15 años!, lo “normal” pasa por otro lado.

¿Quién es Huusmann? La historia comienza de una manera curiosa, porque Anna no era Anna: “Me querían poner Hanna, pero quedó Anna. Creo que estuve como un mes sin nombre, jajaja”, admite la nadadora en el inicio de la entrevista, como para distenderse un poco y soltarse como lo hace en la pileta, que siempre mejor esté calentita: “Acá hay un montón de carreras en el lago en el verano, pero nunca nadé, ni siquiera por diversión. No me gusta el agua fría, no me llama la atención”.

Donde sí llamó la atención fue en Budapest, en el reciente Mundial Junior, certamen en el que rompió una marca nacional que tenía nada menos que Delfina Pignatiello, hoy la referente de la natación argentina: “Cuando volví fue re lindo cómo me recibieron, con sorpresas… En la escuela me felicitan, me reconocen por lo que hago, está buenísimo y me pone muy contenta”.

“Fue una experiencia increíble, la pasé muy bien. No conocía Europa y más allá de los nervios, de todo lo que fue, cuando llegué pude disfrutar todo al 100%. Es una experiencia que me marcó para toda la vida. Soy chica, recién estoy arrancando, pero fue una experiencia que me marcó para seguir creciendo”, asegura Anna sobre el Mundial.

“La idea era primero disfrutar, era el primer Mundial y, por suerte, tengo otro en dos años (será en Fukuoka, Japón, del 16 de julio al 1 de agosto de 2021). Lo principal era disfrutarlo y si se podía bajar la marca, que era el objetivo, al menos un poco en el contexto en el que estábamos,  buenísimo”, señala la barilochense.  ¡Y lo consiguió con creces!

La joven nadadora logró bajar sus tiempos en los 1500 y 800 libre, prueba en la que con 8m48s69 quebró el récord nacional en cadetes que tenía Pignatiello (8m52s32). Lógicamente, la comparación con Delfina es inevitable. A la que no le escapa, aunque con un pensamiento muy claro.

La conozco personalmente, estuve en un torneo con ella y viajé un par de veces. Está buenísimo que me comparen con ella porque hoy en día es la referente de la natación argentina, está buenísimo, pero yo soy Anna, con otro camino. Somos dos personas diferentes. Ojalá pueda lograr todo lo que logró ella, pero somos dos personas distintas y cada una hace su camino. Creo que eso es lo más importante”, aclara.

El estadounidense Michael Phelps (el más ganador en la historia de los Juegos Olímpicos con 28 medallas) y la húngara Katinka Hosszu son dos de los referentes de la joven de Bariloche, quien le escapó a los deportes más tradicionales de la ciudad rionegrina para seguir la tradición familiar.

-¿Por qué optaste por la natación?

– Mis hermanos nadaban, competían también en alto rendimiento, de chiquita los veía nadar y le fui tomando el hábito a ese ambiente. Los iba a ver a las carreras, a las competencias, es como que toda mi vida fue en el agua. Me acuerdo que mi mamá me llevaba a las clases de bebé.

-¿Cómo es tu rutina?

-Me levanto 5.30 a entrenar, tres veces por semana. Voy a la escuela de 07.50 a dos de la tarde. Al gimnasio, dos veces por semana y todos los días voy a nadar a las seis de la tarde.

-¿Cuánto influye el clima?

– Acá juega mucho en contra, hace mucho frío. Este año estuvimos viajando mucho, hicimos concentraciones desde mayo, en Santiago del Estero, Buenos Aires… No estuvimos entrenando tanto tiempo en Bariloche, así que no tuvimos que hacer el doble turno acá. Entonces me fui adaptando a las distintas temperaturas del país.

-¿Cómo hacés con la escuela cuando viajás a las competencias?

– Por suerte me apoyan muchísimo. Las faltas están justificadas por licencia, me dan la posibilidad de dar trabajos o rendir las pruebas cuando vuelvo. Es una parte fundamental.

-Y cómo te llevás con el reconocimiento, las notas…

– No tengo problema en dar notas, no estoy acostumbrada pero después del Mundial me llamaron un montón de medios y estoy súper contenta de poder contar mi experiencia.

Anna tiene marcas B para poder competir en los Juegos Olímpicos que se desarrollarán el año que viene en Japón, pero sus objetivos son otros: “Lo principal son los Juegos Olímpicos de la Juventud de Dakar en 2022, es lo que vamos a proyectar a futuro. Estamos apuntando a los 400, 800 y 1500. Y de acá a dos años tengo el Mundial. Ojalá me pueda ir clasificando a los torneos”.

“Lo de los Juegos del año pasado en Buenos Aires fue increíble, por lo que vi en la tele estuvo buenísimo. Todos los deportes. Y ahora que fui a Buenos Aires conocí la pileta en donde se hicieron. Súper lindo. Vi la Villa, fue un sueño estar ahí”, cierra Anna.