Disfrutó de un mes en Santa Cruz, hasta que ocurrió la tragedia. Junto a un grupo de amigas decidieron ir ese 27 de febrero al Lago Cardiel, ya que según el pronóstico, iba a ser un día lindo. Alquilaron kayaks y llevaron otros dos, uno para tres personas y otro sólo para uno.

“Estaba muy lindo, salían en kayak a cada rato, y en un momento se empezó a desatar todo, esto fue cuando se empezó a levantar un poquito de viento”, relató Débora.

“En el lago no hay ningún cartel que diga que está prohibido usar kayak, pero los que somos de acá sabemos que si se levanta un poco de viento, te lleva para adentro”, detalló.

Cuando empezó a sentirse el temporal, “estábamos todas en la orilla, y a unos 50 metros habían otras personas, de las cuales dos andaban en kayak, y cuando empezó a salir viento, seguían andando”.

Para el lado izquierdo, estaba la familia Barría, con los tres hermanos (Claudio, Daniel y Javier) y entre los que también estaba el pequeño Mateo, de 8 años. Éste último “agarró una tabla y se metió al agua, y empezó a decir ‘me lleva, me lleva, me voy”. Por momentos, parecía que calmaba el viento, pero las ráfagas empezaban a salir más fuerte.

Los primeros que reaccionan fueron un joven que estaba pescando, quien se tira nadando para alcanzar a Mateo, y luego Marilena, que agarra el kayak de una persona y se va. Otra amiga le alcanza a tirar un salvavidas, pero no logró agarrar el segundo. “Le salió instintivamente”, contó Débora.

Marilena, por su parte, se había quedado sola, y estaba cada vez más adentro del lago. En la orilla “estaban Javier y Daniel viendo qué hacían, le dimos el kayak nuestro, les pusimos los salvavidas” y salieron en busca de los náufragos.

“De repente se levantó una tormenta, se empezó a oscurecer todo, de lluvia y granizo, el viento levantaba la arena de la playita y te pegaba, empezaron a correr todos”, siguió relatando Débora, ya con la voz quebrada.En ese momento, “empezamos a ver que se empezaban a dar vuelta los kayak, mi hermana que es la amiga de Marilena tenía la panza durísima y empezó a llorar, tenía contracciones y no se quería ir del lugar hasta que apareciera”, contó la joven, ya rompiendo en llanto. Ella, en tanto, sufrió un ataque de pánico y también tuvo que irse del lugar.

Deborah señaló que en el lugar no hay bomberos, botes o cuatriciclos para alertar a los visitantes o actuar ante una emergencia de ese tipo. “Las ambulancias y bomberos aparecieron en una camioneta re vieja y donada y no están preparados para estas cosas. No es la primera vez que pasa una tragedia de esta característica en el lago”, planteó.

Uno de los sobrevivientes que cruzó a Marinela en el agua le contó a Deborah que su amiga no soltaba al nene y que por la manera en que lo sostenía pensó que era su hijo. “No lo dejaba y le daba ánimo”, destacó.

“Esto es falta de gestión de los políticos a quienes les damos el poder. Acá, los bomberos no tienen nada, hay cosas que se caen abajo en el cuartel. Si hubiera habido un equipo de rescate, una lanchita que los buscara estaría con vida. Marinela estuvo hasta las 10 de la noche nadando, pasaron un montón de horas en las que no hicieron nada”, manifestó. 

A Marilena la encontraron a la orilla, apenas unos minutos después de que sus amigas se retiraran del lugar. Los fines de semana en el lago Cardiel, jamás serán los mismos.

Fuente: Cadena 3