Adiós al Alma de Los Nocheros

El pasado 22 de enero, La Moro -autora de un gran número de éxitos del grupo- padeció dos aneurismas cerebrales. Fue sometida una cirugía y permaneció hasta este jueves en cuidados intensivos, con coma farmacológico.

Con 58 años la autora de ‘Me enamore de una zamba’, ‘La yapa’, ‘Cosa peligrosa’, ‘Cafayate’, ‘Cuestión de piel’ y tantos otros que ya son parte de la lista de canciones clásicas del repertorio folclórico”, se despide, dejando a sus amigos y familiares, a enfrentar el poder volver a los escenarios, sin su acompañamiento. Esta mujer no solo fue la pluma de los éxitos de Los Nocheros, sino que también grupos como Vale 4, Los Izkierdos de la Cueva, Facundo Toro, El Chaqueño Palavecino, Las 5 Voces y Paloma San Basilio. 

Cristina Laspiur, La Moro, conoció a su compañero de vida a los 13 años. En aquella época, esta artista formaba parte del gupo de jóvenes que cantaba y acompañaba las misas en la parroquia Santa Teresa, ubicada en Florida y Tucumán. Dedicados a interpretar los villancicos de Navidad, el grup alertó que se necestiba del acompañamiento de una primera guitarra, y fue Martín Royano, quien invitó a Kike y a Mario.

Así fue como conoció al hombre con quien tendría cuatro hijos: Jimena, integrante del dúo Son Ellas; Álvaro, segunda voz de Los Nocheros; Augusto, miembro de la banda de reggae Abuelo Mono; y Lautaro. 

Así como sus hijos, las letras de canciones fueron paridas con dolor, con amor, con ternura. Entre sus preferidas, y como ella misma lo reconoció está “Me enamoré de una zamba”. En algunas de las entrevistas que tuvo, La Moro reconció que esta fue su primera canción. 

“Hacer una zamba es lo más difícil, más que una balada… o a mí me parece que lo es. La nombro porque todo lo que vi lo pude traducir a una canción. Esas figuras que puse en la canción pudieron traducir el paisaje como lo había vivido y sentido. Pero me gustan todas las que se difundieron, porque si a la canción no la siento terminada directamente no la muestro”, expresó aquella vez. 

Alejada de los medios, incluso los seguidores de Los Nocheros, no la conocían. Algunos solo la identificaban como la esposa de Mario, y no como la autora de los temas que los habían enamorado. 

Agradecida de las experiencias y los momentos que la hizo vivir el mundo del espectáculo, La Moro siempre fue además mamá y abuela. En las redes sociales o en su perfil de Facebook, La Moro estaba siempre con un mate en la mano, un nieto en los brazos o la guitarra acompañando a sus hijos. 

Siempre se confesó enamorada de Mario pero no por eso negó que existían las discusiones, como en la vida de cualquier pareja. “Crisis, peleas, discusiones hemos pasado con Mario, pero siempre he puesto en la balanza y, queriendo ser honesta, dije: ‘A ver, peleo todos los días‘; ¡pero cuánto más lo amo!‘ y siempre me pesa más que a su lado soy feliz”, expresó sin temor.

La mujer de las letras y canciones

Detrás de Los Nocheros estaba ella. En este grupo que ya superó los 30 años sobre el escenario, estaban dos de los hombre de su vida: su esposo y uno de sus hijos. En el mundo de las música también esta su hija, y ella misma, como autora supo reconocer que el mundo del espectáculo y el resto de las actividades siempre fueron difíciles para las mujeres. 

La Moro lo sabía y por experiencia propia que cuando un hombre se dedica a una actividad, “hace eso y nada más, pero las mujeres no”. 

“Si me voy al cerro y me llevo la guitarra y me quedo un mes, estoy segura de que voy a hacer lindísimas composiciones; pero si me quedo en casa y estoy escribiendo ya digo: ‘Uy, ya es hora de cocinar‘, o ‘Uy, tengo que llevar al médico al otro‘… estamos más dispersas para lo que queremos hacer. Pero también está lo otro: el 90% de los seguidores de la música son mujeres. Y las mujeres siguen a los varones. No van los varones masivamente a ver a mujeres por hermoso que canten. Seguimos siendo las mujeres las que apoyamos a las mujeres. Por eso cuando canta una mujer en el escenario siento orgullo”,expresó en sus análisis de cómo eran las cosas y seguirán siendo, al menos por un tiempo más. 

“De chica, siempre llevaba una libretita y escribía. Después fue parte del coro de Las Carmelitas. Siempre fue líder, siempre nos organizaba, así como organizaba a su familia, lo hacía con nosotros, para que nos presentemos y cantemos”, recordó emocionado Moisés Torfe, periodista y vecino de La Moro. 

“Nunca cambió, siempre fue así”, dijo ya con nostalgia.