El fujimorismo recuperó la presidencia del Congres

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El Congreso peruano será presidido por Pedro Olaechea, un disidente del oficialismo y simpatizante del grupo “Con mis hijos no te metas”, contrario a las políticas de igualdad de género y educación sexual.

El fujimorismo recuperó la presidencia del Congreso peruano, al lograr que su candidato, Pedro Olaechea, un disidente del oficialismo, sea elegido titular de la mesa para la legislatura 2019-2020, en medio de una crispada coyuntura por las reformas planteadas por el Ejecutivo.

Olaechea, un conservador que entró en el Congreso en 2016 en las listas de Peruanos Por el Kambio (PPK) y que pronto abandonó ese grupo para formar un grupo de derecha llamado Acción Republicana, llegó a la presidencia con 66 votos a favor, casi todos procedentes del grupo fujimorista Fuerza Popular (FP), informaron la agencia EFE y el diario limeño El Comercio.

El FP no postuló a ningún candidato propio y el rival de Olaechea fue el actual presidente, Daniel Salaverry, un fujimorista que dejó el partido y que de un tiempo a esta parte es el enemigo número uno del partido dirigido por Keiko Fujimori, que continúa bajo prisión preventiva por la causa de aportes de campaña de la empresa Odebrecht.

Salaverry, logró 44 votos procedentes de diversos grupos de centro-derecha, centro, e izquierda.

Olaechea, simpatizante del grupo “Con mis hijos no te metas”, contrario a las políticas de igualdad de género y educación sexual, fue la carta que desde inicios de esta semana negoció el fujimorismo para retomar su poder en la mesa directiva.

La lista para la mesa del congreso que llevó Olaechea llevó para vicepresidentes a Karina Beteta (Fuerza Popular), el congresistas Salvador Heresi (también disidente de PPK) y Marvin Palma (Cambio 21).

Recuperar la dirección del Parlamento es clave para el fujimorismo, debilitado con la salida del grupo de Salaverry, presidente durante el último año, así como por la prisión preventiva de su líder Keiko Fujimori, acusada de lavado de activos.

En la actual coyuntura, cuando el gobierno ha marcado la pauta con sus reformas de Justicia y Política, que deben ser debatidas por el Congreso, detentar la presidencia del Congreso, que marca los tiempos del tratamiento de los temas, es determinante.