Los Pumas ganaron y ahora definen con Inglaterra
Argentina venció 28-12 a Tonga en un partido deslucido que, lejos de ser un envión anímico para el choque decisivo ante Inglaterra, termina sembrando incertidumbre.
Pese a que suene contradictorio, el triunfo argentino ante Tonga terminó dejando más dudas que certezas por el desarrollo del asunto. Los Pumas, con un primer tiempo conciso y pragmático, consiguieron una holgada diferencia que evitó sobresaltos en el marcador pero que, de igual manera, ilusionó con un despertar que nunca llegó.
La segunda mitad, lejos de descontracturar al equipo, evidenció la falta de eficacia, los errores de manejo y, por sobre todo, las falencias defensivas. Tonga, sin presión y con mucho músculo, comenzó a crecer en el partido y, por momentos, sometió a unos Pumas que terminaron registrando casi un 30% de tackles errados, cifra altamente preocupante.
Es probable que el equipo argentino haya jugado pensando más en Inglaterra que en los isleños que tenían en frente y conseguir el punto bonus en 30 minutos puede haber generado cierta relajación. No obstante, los equipos de este nivel no pueden permitirse distracciones porque, a fin de cuenta, lo único que generan es sembrar más incertidumbre.
Mario Ledesma deberá repensar todo una y otra vez. El objetivo está claro: para pasar de ronda hay que ganarle a Inglaterra. Jugando como ante Francia o Tonga parece difícil porque un equipo como el de La Rosa no perdonará las lagunas que vienen exhibiendo Los Pumas. La esperanza está y no se reduce a ganarle por cuestiones de azar o a esperar a que los ingleses tengan un mal día. La esperanza es que el equipo despierte.