Historias de vida: Anibal “Pelé” Núñez, el referente del futsal
“Pelé” es considerado uno de los mejores jugadores del futsal comodorense. Hoy, a los 42 años, todavía sigue tirando paredes y asistencias, aunque admite que su retiro está cerca. Nació en Florencio Varela, vivió en Puerto Deseado y en Comodoro brilló en el deporte de la redonda hasta disputar dos mundiales con la Selección Argentina.
Aníbal “Pele” Núñez nació en Florencio Varela (Buenos Aires), pero a los seis años se mudó a Puerto Deseado. Potrero con amigos y su club de chico fueron sus arranques. Recién a los 19 años llegó al fútbol de salón y de ahí una carrera increíble que lo llevó a vestir la camiseta de la selección nacional en dos mundiales y a ser uno de los jugadores más importantes del futsal comodorense.
Cuando te pregunten qué es ser un jugador completo, Núñez es sin dudas el ejemplo. Gol, marca, orden y mucho más lo llevaron a ser uno de los jugadores más importantes de Argentina. Sobre sus comienzos en fútbol de salón, Aníbal recordó: “empecé e en el club Los Amigos. Salimos campeones de Santa Cruz y fuimos a la Liga de Honor del 2000 a Misiones. Ahí empecé con la selección nacional. Estaba Demetrio Luizon de Ushuaia”.
“Nos hicimos conocidos con la gente de Comodoro y al año siguiente vengo de refuerzo para Casino Club, para ir a la Liga de Honor en Corrientes donde salimos campeones. Y en el 2002 me trajo Miguel Schlebusch y me radico acá”, agregó.
De aquellos momentos siguió ligado a las selecciones argentinas y quedó afuera del mundial 2003. Al año siguiente arrancó con el selectivo de Comodoro que dirigía el recordado Jorge “Coco” Méndez. Miembro por años del Casino multicampeón, también jugó con Clear, Sindicato Petrolero, Tiburón, Flamengo, Transporte Caamaño y Casa Magallanes de Ushuaia. Actualmente representa a Jamemú.
La chance de su primer mundial llegaría en 2007, en el Campeonato Mundial que se jugó en Mendoza y que Argentina perdió la final contra Paraguay por 1 a 0. “Fuimos subcampeones. Miguel (Schlebusch) estaba de técnico. La experiencia fue buena por momentos y mala por la organización. Nunca pensé que me iba a ir bien jugando al futból. Fue lo mejor que pase haber jugado un mundial pese a no tener la chance de ser campeón”, recalcó.
Luego, lo contrataría la filial de River de Río Grande para jugar liga de la A.F.A. Esa experiencia la recuerda como una de sus mejores, ya que había muchos jugadores reconocidos a nivel nacional y salieron campeones invictos. A su vez, se consagró como jugador fair play y goleador del torneo.
Además, tuvo experiencia como jugador internacional en el Bucaramanga de Colombia, donde salió campeón y compartió plantel con el mejor jugador AMF de aquella época, el colombiano Jhon Jairo Pinilla. También estaba el marplatense Fabián Banegas y el ushuaiense Marcelo Sánchez.
“En 2009 salimos campeones y al otro año se desarmó el equipo. Lo armaron con jóvenes de allá y llegamos a la final y salimos subcampeones. Lo más destacado fue haberle ganado al clásico rival las semis, que estaba Pinilla”, rememoró.
Entre sus logros destacados se encuentran el bicampeonato Argentino de Selecciones Mayores con Comodoro como visitante en Mendoza (2005), el doblete de Argentinos “A” de Selecciones de Ciudades 2012 y 2014, ambos en Comodoro, más el subcampeonato nacional en Buenos Aires 2018 y el tercer puesto en Río Turbio 2019. Además, las tres Divisiones de Honor de Clubes y el Sudamericano con Casino. También, el segundo puesto del Mundial 2007 y el tercer puesto en Colombia 2011, ambos dirigidos por Schlebush.
Tantos años girando dejan mil anécdotas y amigos. Pero hay algunas que no se olvidaran jamás y quedan en la retina, como haber trotado varios kilómetros al aeropuerto por quedarse dormido y al llegar notar que había perdido el pasaporte para ir a su segundo mundial
“Me desperté tarde en Laprida y me tomé el colectivo hasta el Km. 4. Llegaba tarde. Se me quedó el pasaporte en el colectivo. Me fui trotando hasta el aeropuerto porque no encontraba remis. Parecía que no llegaba más, se me hacía interminable. Cuando llegué todo transpirado me estaban esperando mis compañeros y Miguel se cagaba de risa. Viajé con el documento por el convenio Mercosur”, detalló sobre aquel momento.
Más de 20 años en la disciplina lo han dejado como uno de los referentes máximos del futból de salón de la Patagonia. Desde la humildad que lo caracteriza él prioriza otras cosas, y resalta: “me dio mucho. Lo que más rescato son las amistades. La posibilidad de jugar en otro país y seguir en contacto con gente de allá. Tuve muchas oportunidades de volver pero la familia fue prioridad y quería sentar cabeza”.
A sus 41 años aún sigue estando en un nivel óptimo, pero siente que con Jamemú está dando sus últimos pasos. “Tomé una decisión cuando me retiré de la selección de Comodoro (Río Turbio) y era seguir un par de años más al nivel clubes. Tengo decidido jugar hasta fin de año. Muchos quieren que siga. Veremos. Capaz que seguiré ligado ayudando a clubes o compañeros dando una mano”, enfatizó.
Por último, “Pele” aprovechó y agradeció: “a la familia, a mis viejos que estando en Deseado siempre me acompañaron y alentaron donde estuve. A mis hijas Martina y Pía que bancaron viajes que yo no estaba. A mi esposa Ivana que me acompaña muchísimo y que es la que no quiere que me retire. A mis amigos de Deseado. A Miguel, a “Coco”, que me tuvieron en la selección, y a Leandro Velázquez de Ushuaia que siempre me tuvo en cuenta para su equipo”.
Fuente: ADNSur