Paya Estévez: “Es importantísimo que se generen estos tipos de eventos criollos”

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En septiembre llega la segunda fiesta de la Agrupación Gaucha “Cacique Orkeke” y el payador chubutense estará en el mangrullo, también por segunda vez consecutiva. Cristian “el paya” Estévez es además trabajador rural, domador y soguero. Viene de cuna campera, su padre, trabajo toda la vida en el campo, al igual que su familia, y él no le es ajeno ni desconoce el sacrificio del paisano.

La vida lo fue llevando para la ciudad y allí fue desempeñando su tarea de soguero con el del arte payadoril, suele recorrer muchos kilómetros para llegar a estar en el algún mangrullo. “Es importantísimo que se generen este tipo de eventos por lo que genera en todos los aspectos socios económicos y para mantener vivas las raíces gauchas” conto en diálogo con Deseado Noticias.

“Estamos en un nivel de excelencia en cuanto a eventos en la Patagonia, sobre todo en Santa Cruz. Y esto ayuda a que todos tengan ganas de ser partícipes”.

Este 9 y 10 de septiembre se prepara para visitar Puerto Deseado, su estadía en la ciudad portuaria se da en el marco del segundo festival que organiza la agrupación Cacique Orkeke, “hay un grupo de trabajo que va creciendo a la par de la fiesta. Han hecho un impagable trabajo en un predio que lo dejaron a nuevo para que se pueda disfrutar la fiesta como se disfruta  y es por ello que está bueno que la gente lo acompañe” destacó el payador.

Estévez aseguró que “las bases se hicieron firmes y le van agregando muchos más condimentos al espectáculo. Se ve la mejora en todos los ámbitos y eso denota el crecimiento y el esfuerzo por mejorar”.

Esta fiesta sirve para abrir la temporada y ojalá siga creciendo. “Desde mi lado siempre estaré cada vez que sea convocado para darle una mano porque se que es gente gaucha que trabaja por la cultura criolla y el peón rural” culminó el artista.

Estévez empezó a improvisar a los 13 años, paralelamente siguió con su tarea en las estancias, trabajo y vida que dejó para vivir en la ciudad y poder enseñar y vivir de lo que también sabe hacer muy bien, la talabartería.

Nunca abandonó la doma e incluso le agrego el condimento de preparar a los caballos para las carreras o la equinoterapia.

Su arte, humildemente lo defiende como cualquier cantor, lo heredó de su padre, al igual que su hermano, que ambos cantan ritmos sureros.

Le gusta ser payador, pero también sabe que desde sus otros oficios se nutre ese payador y por ello lo lleva de forma paralela.

En septiembre volverá a mostrar lo que sabe arriba del escenario de la agrupación Cacique Orkeke y los deseadenses volverán a aplaudir los flores de un hombre sigue sembrando arte y criollismo en la Patagonia.