Llegó la jubilación para el profe Mingo

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Este lunes fue su último día ejerciendo la docencia dentro de un establecimiento educativo. Una vida marcada por el amor y el cariño a su profesión y alumnos.

Domingo Baio en su infancia

Pasaron 33 años de aquel 01 de marzo de 1988 en que la escuela 91 de Valle “C” en Comodoro Rivadavia le daba la bienvenida a un nuevo maestro.

Domingo Miguel Baio empezaba a desandar una carrera que lo comprometía a trabajar día y noche por la educación de cientos de niños y jóvenes. Se convertía así en el “Profe Mingo”.

Escuela N° 91 Valle “C” Comodoro Rivadavia – Su primera incursión como docente

“Mi elección de profesión era clara; quería ser médico… los 80’ cómo toda época para los hijos de trabajadores atentaban contra ese deseo. Finalmente y, a pesar de no haber estudiado en el San José , a merced del grupo juvenil del oratorio de Don Bosco me acerqué a ayudar con los oratorios y eso me hizo arrimame a los niños y al gusto de estar con ellos ayudando con el taller de guitarra, la sala de juegos y todas las actividades que en ese momento se hacían en la institución salesiana” recuerda Mingo.

“Me pareció muy interesante la vida de Don Bosco y su obra; dedicada a la educación cargado de actividades artísticas. Allí me definí, quiero ser maestro. Agradezco a la vida por esa decisión. Nunca fui obligado ni renegado a clases; siempre con ganas, era mi mundo” expresa con orgullo el hoy jubilado docente.

Domingo es parte de una familia ferroviaria, de esas bien arraigadas a su tierra. Curso sus estudios primarios en la Escuela Nº 5 y los secundarios en la Escuela Nacional de Comercio, hoy Colegio Secundario 24.

Con alumnos de 7° en la EPP N°56

Con la decisión tomada partió rumbo a Comodoro Rivadavia, 320 kilómetros lo separaban de su familia. Estudio el Profesorado para la Enseñanza Primaria en el Colegio Nacional Normal Superior “Perito Moreno” y comenzó a dictar clases en el año 1988 en una escuelita de la periferia, muy humilde, de Jornada Completa Escuela 91 de Valle “C”. Hasta que en 1990 regresó a Puerto Deseado y empezó a trabajar en la Escuela N° 5, en el Instituto Salesiano San José, la Escuela Provincial Primaria N° 87 y concretó muchos años laborales en su amada Escuela N°56.Miles de anécdotas de sus comienzos y de su recorrido por las diferentes aulas. Muchas generaciones crecieron con él acompañando su educación y viviendo la alegría de dar clases. Era evidente que ese paso por el sistema de San Juan Bosco lo habían marcado. Sus ocurrencias, sus métodos, sus formas y su amor al alumnado lo hacían sobresalir de cualquier grupo de maestros.

Con alumnos de 7° de la EPP N°87 2024

Ahora una nueva y movida vida lo sigue esperando en la etapa, mal llamada, pasiva. “Estoy preparado a enfrentar este vacío. Aumentaré el tiempo que le brindaba a mis actividades extracurriculares, la Comisión de Amigos de la Biblioteca, el Club Ferro y por supuesto la actividad teatral”.

El balance en su vida laboral lo cierra con un positivo muy grande. “Si bien hay buenas y malas como en la vida misma, las buenas se aprovecharon para perfeccionar la labor y las malas para aprender de esos errores e intentar no repetirlos. Fui muy afortunado en mi camino docente al compartir con grandes amigos y amigas, colegas, alumnos y alumnas y familias con las que he compartido muy buenas experiencias. Es muy lindo incluso ser algo más que conocido de muchos alumnos que tuve y que hoy ya son hombres”.

Se cierra una hermosa etapa para la vida del Profe Mingo. Comienza otra para disfrutar a pleno de sus hijos, ayudarlos aún más y despuntar el vicio de la actuación con mayor tiempo. “Quiero agradecer a todos aquellos que me permitieron estudiar, especialmente a mi familia y amigos que me sostuvieron económicamente y afectivamente, a los colegas que me enseñaron mucho más que los libros y fundamentalmente a mis alumnos que son el motivo para empezar uno y otro día con un objetivo, servir”.

Domingo Baio ya no escuchará más el “Buenos días maestro” o el “hasta mañana profe Mingo”. Extrañará las aulas claro que si, pero se sabrá satisfecho por la labor cumplida, por la tarea terminada y porque a pesar de todo siempre tuvo un objetivo en la meta…ser un educador educando, simplemente y tan solo eso.

Con alumnos de 6° de la EPP N° 87 Año 2024