Huellas del mar: conociendo y protegiendo el patrimonio de Puerto Deseado

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Se realizó en Puerto Deseado una actividad creativa e interactiva, organizada en conjunto entre la Fundación Por el Mar, la Academia de Arte y la Subsecretaría de Museos y Patrimonio del Museo Mario Brososky. “Huellas del mar” busca generar conciencia sobre la importancia de proteger los ecosistemas marinos y conocer su gran riqueza arqueológica. Información científica, exploración cultural y expresión artística son algunos de los ingredientes que formaron parte de la jornada “Huellas del mar: conservación, arqueología y arte”, que se realizó en la tarde noche del sábado pasado, en el Museo Mario Brozoski de Puerto Deseado.

La Academia de Arte María Celina, el Museo Brozoski y la Fundación Por el Mar fueron los organizadores de esta actividad, que tuvo como objetivo principal concientizar sobre la marca que nuestras acciones dejan en las costas y lo fundamental de identificar esas huellas para lograr la protección de los ecosistemas y la enorme riqueza arqueológica que posee la localidad. 

Ese enfoque multidisciplinario fue abordado, además, desde diferentes acciones, que incluyeron una charla sobre conservación marina, una visita guiada por el Museo y -para finalizar- un taller de arte con acuarelas.

Ya durante la mañana del sábado, los alumnos de la Academia María Celina, junto con Claudia Barra (la encargada del Museo Brozoski y subsecretaria de Museos y Patrimonio), hicieron una “previa” en las playas de Puerto Deseado, donde recorrieron la zona intermareal mientras reconocían diferentes especies y algas. 

Samanta Martinez, una de las encargadas de llevar adelante “Huellas del mar”, cuenta sobre la experiencia vivida en la playa de Deseado: “Juntamos algunas algas secas que estaban en la costa, para que los chicos puedan hacer un cuadro o escultura. Compartimos una comida y, después, con máscara de snorkel, metieron la cara un ratito en el agua, para ver más de cerca lo que no se aprecia desde la superficie”.

Martínez es referente de la fundación Por el Mar (PEM) en Puerto Deseado. Además de tener experiencia en educación ambiental, Samanta es estudiante de Guardaparque y ha brindado charlas y realizado trabajos de campo y conservación, en proyectos relacionados a la restauración de flora, mantenimiento de infraestructuras y realizando censos de especies. 

Entrada la noche, la actividad comenzó con una charla sobre conservación marina ofrecida por el equipo de PEM, en la que se habló de ambientes marinos y, sobre todo, de los bosques de macroalgas, mediante una presentación visual y educativa. ”Conversamos sobre la importancia y todos los servicios ecosistémicos que los bosques de macroalgas ofrecen y cuánto influyen en nuestro día a día, aunque nosotros no lo sepamos, tanto por el oxígeno que proveen como por ser el hogar y brindar alimento a varias especies. Alguien dijo en ese momento que ‘sin bosques no tenemos calamares y estuvo muy bueno que lo plantearan así”, cuenta Samanta. 

“La gente llegó con mucho interés a la charla de conservación, preguntando sobre las especies que habitan estos ambientes y las algas que tenemos en Deseado. Todo lo referido al Mar Argentino llamó mucho la atención, ya que se desconoce lo que tenemos debajo del agua en nuestro lugar: tanto lo referido a la biodiversidad, como la parte arqueológica. Quedaron todos muy contentos, las organizadoras incluídas”, expresa Martínez con alegría.

A continuación, el público realizó una recorrida por el Museo, donde se reveló que el vínculo entre las comunidades y el mar, existe desde siempre : “Una gran parte de los que participaron no conocían el Museo, siendo que es un lugar muy importante ya que se trata del único Museo de arqueología marina de Argentina y el segundo Museo arqueológico creado en el mundo y lo tenemos acá, en Puerto Deseado. Allí pudieron ver las piezas -algunas que no están habitualmente y fueron expuestas especialmente para la ocasión- y recorrer el lugar, que está espectacularmente armado”, cuenta Samanta.

“Además, pudimos conocer la historia del descubrimiento de la corbeta Swift, el navío que se encuentra hundido en las aguas de la Ría, dentro de la Reserva Provincial Ría de Deseado”, del cual existen piezas en excelente estado de conservación. 

El arte como un medio para promover la conservación marina 

La Academia María Celina tuvo a su cargo la sesión de arte con la que finalizó “Huellas del mar” y en la que los participantes pudieron expresar, mediante las acuarelas, las ideas y emociones que les dejó todo lo aprendido, utilizando la expresión artística como una herramienta para fomentar la reflexión y la protección de la comunidad de los ecosistemas marinos y el patrimonio arqueológico. 

“Lorena Irala, responsable de la Academia María Celina, les contó a los participantes sobre la historia de la acuarela y su conexión con el agua. Ella los fue guiando para que pinten una silueta de Mario Brozoski, con algas de fondo. Cada uno le puso su impronta y, mientras sucedía la actividad, compartimos algo de comer con una copa de vino. Todos estaban muy interesados en la temática, estuvo muy bueno. En lo personal, se me infla el corazón por tanto amor recibido. Además, se sorteó un cuadro con algas secas por el Día de la Madre, así que se llevaron a su casa un pedacito de mar”.

La conservación marina es uno de los grandes objetivos que tiene la Fundación Por El Mar, así como generar conciencia en las comunidades sobre el valor que la vida marina tiene en la nuestra. “Una de las participantes dijo que habíamos logrado que ella se lleve en su corazón una huellita de mar, una marquita azul: la huella de la conservación y fue realmente hermoso”.