“Pensar Malvinas” una reflexión por el 2 de abril

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Por Profesora Verónica Guiñazú y Profesora Viviana Quiroga

A 38 años del conflicto entre nuestro país y Gran Bretaña, “Pensar Malvinas” no debe remitirnos solo a recordar el fallido intento de recuperación de las islas que, aquel 2 de abril de 1982, dio inicio a una corta guerra y a un gran engaño.

“Pensar Malvinas” no es tampoco calcular los recursos naturales que esa zona aportaría a nuestro país ni su importancia geopolítica en una futura discusión sobre la Antártida.

“Pensar Malvinas” debe ir más allá de todo esto, pues evoca a varias generaciones, como dice el historiador Federico Lorenz: los que fueron a combatir; los que no fueron pero podrían haber ido, sus novias, sus familias; una generación del 70 que tiene una relación ambigua con la guerra porque fue hecha por la dictadura y la generación que escribimos caratas a los soldados, ya sea en la escuela primaria como en la secundaria. Cartas acompañadas chocolates y otras importantes donaciones que, para nosotros, tenían el gran valor de darle abrigo, alimento o simplemente apoyo a quien peleaba en el frente de batalla, mientras en nuestras casas nos encontrábamos festejando los supuestos triunfos que el gobierno autorizaba a transmitir.

“Pensar Malvinas” debe hacernos rescatar la figura de aquellos héroes, tanto conocidos como anónimos, que fueron a la guerra impulsados por el amor al país, a tu país, a nuestro país.

Héroes que combatieron en condiciones desiguales y lo hicieron con la convicción de que lo hacían por su patria. Héroes que ya no están y otros que viven entre nosotros, luchando por ser escuchados y valorados después de tanto olvido.

Fueron héroes aquellos padres que apoyaron a sus hijos que decidieron defender esta causa, como también las familias que recibieron a los que volvieron, después de 72 días, diferentes, con sus memorias marcadas a fuego por una guerra inútil, estéril e innecesaria, como toda guerra.

“Pensar Malvinas” debe hacernos reflexionar sobre el valor de la vida humana frente a las ambiciones desmedidas y a los intereses de distintos sectores de poder que pujan por el control de los pueblos.

Debe llevarnos a que juntos, revaloricemos el profundo sentido que tiene para todos los hombres y mujeres del mundo, vivir en paz, rechazar la violencia en todas sus formas y promover el diálogo, el encuentro, posibilitando así abrir caminos que lleven al entendimiento de los pueblos.